domingo, 29 de julio de 2012

Sí no te puedo elegir, no me pidas que te elija.

Obediencia política

La parroquia del PP demostró un vez más en el Parlamento, su falta de sensibilidad aplaudiendo la intervención de su líder mientras este anunciaba los mayores recortes de la democracia española. Obedientes e incapaces de comprender lo anunciado por su líder, aplauden incansables. Algunos, insatisfechos con su deshonesto comportamiento, ansiosos por demostrar su incondicional fidelidad al partido, son capaces de gritar en voz alta cosas como…”que se jodan”.

Cinismo político

El ministro Cristóbal Montoro es incapaz de reprimir su cínica sonrisa mientras explica porque los ciudadanos anónimos tenemos que pagar los excesos cometidos por otros con nombre,  renombre, pedigrí he incluso de regio abolengo. El incomprensible comportamiento del ministro Montoro choca con las lagrimas derramadas por su homologa italiana Elsa Fornero mientras anunciaba los recortes decididos por su gobierno.

Mediocridad política

La mediocridad política llega al extremo de proponer a Oriol Pujol como encargado para explicar en el Parlament que Convergencia no se ha financiado ilícitamente a través del Palau de la Música o del Orfeó Català, mientras el juez encarga a la Agencia Tributaria una investigación para que se aclare la intervención de Oriol Pujol en las irregularidades cometidas en las concesiones de licencias para la inspección técnica de vehículos, ITV.

Las listas cerradas con las que son elegidos nuestros representantes políticos fomentan la obediencia, el cinismo y la mediocridad. La coherencia, la participación ciudadana, la libertad para pensar han caído en el olvido dentro de unas estructuras jerárquicas que prima el sí incondicional a la personalidad individual. Mérito o dorar la píldora, tú eliges.

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